Reflexiones sobre el WEF23 y la Presidencia de los EAU en la COP28
El nombramiento de Sultan Al Jaber (CEO de ADNOC, una de las mayores compañías productoras de petróleo del mundo; y responsable de Masdar, la empresa de energías renovables de Emiratos Árabes Unidos) como presidente designado de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), no fue una gran sorpresa, a la luz de cómo funcionan el poder económico y la gobernanza institucional en la región del Golfo.
John Kerry, enviado de EE.UU. para asuntos climáticos, ha calificado el nombramiento de "excelente elección", mientras que Tasneem Essop, directora internacional de la ONG Climate Action Network (CAN), ha dicho que esta decisión supone "una captura a gran escala de las conversaciones de la ONU sobre el clima por parte de una empresa petrolera nacional". CAN ha pedido a Al Jaber que dimita de su cargo de CEO de la empresa nacional petrolera emiratí antes de seguir dirigiendo las negociaciones multilaterales sobre el clima que son las que deberían salvar a la Humanidad del colapso climático.
Es importante señalar que mientras que la ciencia nos dice que limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados para 2100 implica la eliminación gradual de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), la compañía petrolera nacional de los EAU ha anunciado que casi duplicará su producción diaria de petróleo para 2027, alcanzando los 5 millones de barriles al día, un plan que parece incompatible con el Acuerdo de París del que los EAU son signatarios.
La elección de EAU para presidir la COP28 es un ejemplo muy visible, pero no aislado, del doble discurso que suele dominar los debates en torno a las soluciones a la crisis climática.
La cuestión es que no tenemos demasiado tiempo para aclararnos en medio de esta cacofonía de discursos y acciones contradictorios.
De izquierda a derecha, Laurent Fabius (Presidente de la COP21), Sameh Shoukry (Presidente de la COP27), Sultan Al Jaber (Presidente designado de la COP28); Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de ONU Cambio Climático y su predecesora Patricia Espinosa, durante la Semana de la Sostenibilidad de Abu Dhabi 2023. Foto de Twitter @UAEClimateEnvoy
Las resbaladizas pendientes de Davos... (para responsables petroleros)
La actualidad nos ofrece otros numerosos ejemplos de estas paradojas: basta pensar en la reunión anual de Davos organizada por el Foro Económico Mundial o (WEF, por sus siglas en inglés), una poderosa organización suiza, que cada año convoca a los ricos y poderosos de este mundo.
Bajo el lema "Cooperación en un mundo fragmentado", 2.700 VIPs de 130 países, entre ellos más de 50 jefes de Estado y de Gobierno y altos ejecutivos de empresas multinacionales, se reunieron en el exclusivo resort para hablar y dar su opinión sobre el rumbo de un mundo que, todos lo sabemos, se encamina a la catástrofe si seguimos como hasta ahora.
La nieve parecía que iba a ser la invitada ausente al comienzo de la reunión de Davos, debido a las altas temperaturas para la época en Europa, sin embargo, al final llegó justo a tiempo para decorar de blanco el paisaje.
Los que no faltarían a la cita de Davos serían los responsables de las grandes empresas fósiles, como BP, Chevron y Saudi Aramco. Su presencia fue criticada por los activistas climáticos del clima que rechazan la influencia que las empresas productoras de combustibles fósiles tienen en este tipo de reuniones, en la línea de la indignación que causó el número récord de representantes de las industrias fósiles que estuvieron presentes en la reciente COP27.
Pero los activistas no solo se manifestaron en las calles de Davos, sino que cada vez se les oye más dentro de las salas de conferencias. En uno de los actos, Greta Thunberg acusó a las empresas energéticas de estar tirando a la gente "debajo de un autobús" a su paso. Lo dijo en una comparecencia junto al jefe de la Agencia Internacional de la Energía, Fatih Birol, lo cual es destacable. puesto que hasta recientemente esta organización tenía una línea conservadora con respecto a las soluciones a la crisis climática. Sin duda, este ejemplo muestra que una mayor participación de la sociedad civil en Davos siempre es una buena noticia.
Vanessa Nakate, Greta Thunberg, Fatih Birol, Luisa Neubauer y Helena Gualinga. Foto: Twitter @FBirol
Un líder internacional, cuyos discursos suenan cada vez con más fuerza a medida que los desastres climáticos golpean en todas partes, es el Secretario General de la ONU, António Guterres, que envió este contundente mensaje a la industria fósil:
"A día de hoy, los productores de combustibles fósiles y quienes les ayudan siguen corriendo se siguan apresurando para aumentar la producción, sabiendo muy bien que este modelo de negocio es incompatible con la supervivencia humana. Esta es una locura propia de ciencia-ficción, a pesar de que sabemos que el colapso de los ecosistemas es un hecho científico contundente".
António Guterres, Secretario General de la ONU dando un discurso en Davos el 18 de enero. Foto: WEF
Paradoja o locura aparente, el doble discurso de algunas empresas y naciones poderosas no debe distraernos de lo que realmente sabemos que es lo que hay que hacer para afrontar la emergencia climática.
Consideremos esta otra paradoja, al nivel mucho más bajo que es el del consumidor individual, y de las empresas de las que dependemos. La gran mayoría de los ciudadanos del mundo reconocen la existencia de la emergencia climática y la crisis de la biodiversidad, están preocupados y quieren hacer algo al respecto. Y sin embargo, los ciudadanos, sobre todo en los países más ricos, seguimos contribuyendo a la degradación del clima y la biodiversidad por la falta de un entorno y unas políticas propicias que nos permitan a todos pasar de la preocupación a la acción.
Además, se nos bombardea con incitaciones a consumir mucho más de lo que necesitamos para prosperar en la vida. Pensemos en el Black Friday y en el más reciente Blue Monday, iniciativas comerciales para promover el consumismo. Pensemos en los poderosos algoritmos que se han incorporado a nuestras vidas digitales y que nos presentan con gran precisión anuncios que nos hacen desear estilos de vida insostenibles. Nos hemos convertido en ciudadanos concienciados y preocupados por el clima y, sin embargo, nos vemos sometidos a mensajes contradictorios.
Una última paradoja: coincidiendo con Davos, la ONG OXFAM Internacional publicó un informe que muestra que, desde la pandemia, los más ricos se han ido haciendo más ricos, mientras que el número de personas en situación de pobreza está aumentando por primera vez en 25 años. El objetivo del informe es demostrar por qué es tan importante poner impuestos a los más ricos y frenar el rampante crecimiento de las desigualdades.
La sorpresa en los márgenes del WEF, llegó cuando un grupo de millonarios y multimillonarios progresistas exigió que se les pongan impuestos en nombre de la justicia social. La fiscalidad es eminentemente potestad y prerrogativa de los Estados y, sin embargo, la mayoría de ellos, si no todos, son muy reacios a gravar a los más ricos, por miedo a que la riqueza huya a otras latitudes. ¿Hay mayor paradoja que la de tener un poder para el bien y no utilizarlo?
Atenerse a principios básicos
Si bien no podemos pretender dar sentido a todas esas paradojas, sí que podemos atenernos a principios básicos y consensuados que nos ayuden a orientar nuestras acciones personales respectivas:
1. El consenso científico sobre las causas de la emergencia climática ya no se cuestiona.
2. La concienciación y la preocupación de la opinión pública son ahora elevadas y serán cada vez mayores a la hora de influir en las políticas públicas y en el comportamiento de las empresas.
3. Los gobiernos a todos los niveles pueden y deben desempeñar un papel político clave a la hora de marcar el rumbo y el ritmo de la transición.
4. Existen soluciones escalables y potentes, pero tenemos que poner el dinero donde está la boca para que funcionen.
5. Hay que descarbonizar la sociedad y adaptarla lo antes posible; el cambio climático es real y está matando a gente.
Las paradojas y las dificultades no desaparecerán por el mero hecho de atenerse a unos principios; el egoísmo a nivel individual, corporativo y político es un hecho, sería ingenuo esperar que la codicia y los intereses particulares pasen a un segundo plano. Sin embargo, solo persistiendo en el diálogo internacional estableceremos la confianza multilateral y posibilitaremos los avances económicos y los cambios sociales necesarios; solo mediante políticas públicas y económicas inequívocas todos esos intereses se canalizará cada vez más hacia actividades descarbonizadas. Solo mediante el escrutinio público y una comunicación honesta y factual podremos dar forma a nuestras aspiraciones colectivas.
Aprovechemos la marea alta para levantar los barcos y evitar que muchos se hundan.
Autoría: 10 Billion Solutions - Consultora de comunicación especializada en clima y sostenibilidad
Imagen de portaga: Vertido de petróleo en el delta del Níger. Foto: Jerry Chidi / Climate Visuals
Imagen de portaga: Vertido de petróleo en el delta del Níger. Foto: Jerry Chidi / Climate Visuals
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